1. Los orígenes
Era a principios de 1930 cuando Carlos Fontfreda y Xaudiera, un hasta entonces trabajador de la banca, se animó a abrir una tienda frente a la Iglesia de san Esteban de Olot. En el centro de la ciudad.
Por su situación privilegiada y por la amabilidad de quien la abría cada mañana aquella casa, que había sido una antigua dependencia del clero, muy pronto acogió entre sus mostradores unas interesantes tertulias literarias y artísticas.
La gente de principios del siglo pasado disponía de un tesoro que hoy en día cuesta mucho encontrar: el tiempo.
Mientras, y desde el otro lado del mostrador, se despachaba de todo: víveres, artículos de droguería, hierbas, especias, productos químicos, de perfumería y, por supuesto, pinturas.